Llegan los primeros ladrillos a Arcosur y con ellos las esperanzas de muchos jóvenes aragoneses de ver construido, de una vez por todas, el que será su primer hogar. El mayor complejo urbanístico proyectado en estos momentos en España comienza a tomar forma tras años de retrasos e incumplimientos. Debería de estar ya prácticamente finalizado, pero todavía no se ha comenzado a edificar.

El pasado día 15 se colocó la primera piedra para la construcción de 834 Viviendas de Protección Oficial (VPO) en el sur de Zaragoza. Se cierran así años de incertidumbre en los que los futuros vecinos del barrio han visto peligrar en muchos momentos la construcción de sus viviendas. Por eso, el alivio y la satisfacción eran los sentimientos que más se repetían ayer entre los que ya tienen adjudicado un piso en esta zona.

Arcosur comenzó a andar en el año 2002. Se trata de un proyecto que prevé construir 21.148 viviendas, de las que 12.689 serán de VPO. De éstas, a su vez, 6.979 le corresponden al Ayuntamiento de Zaragoza y 5.710 son viviendas de protección oficial que pondrán en marcha promotores privados. Desde entonces los trámites no han hecho sino diluirse en el tiempo. A estas alturas el complejo, que incluye zonas verdes y un campo de golf, debería de ser ya una realidad, sin embargo, la crisis inmobiliaria y los problemas de financiación para sacar adelante el proyecto han frenado la puesta en marcha de un complejo que cerrará el crecimiento de la ciudad por el sur.

Ahorros e ilusiones

A pesar de que las máquinas han tardado mucho tiempo en entrar a trabajar a la zona, los que ya tienen un piso adjudicado en Arcosur llevan más de tres años pagando mensualmente su cuota. Muchos han invertido más de 30.000 euros y por el momento solo vislumbran una gran explanada de tierra. La mayor parte son jóvenes que han puesto en este barrio todas sus esperanzas de futuro. Muchos sienten que han jugado con sus ilusiones y con sus ahorros. Lo poco que tenían lo han invertido en comprar un piso de VPO, llevan años pagando por una casa que ni siquiera existe.

Han mostrado su descontento en multitud de ocasiones, pero lo único que obtenían eran nuevas promesas que una y otra vez se han incumplido. Ninguno de los plazos que se han dado hasta el momento ha llegado a buen puerto, por eso ahora esperan que el acto de ayer sea un primer síntoma de que las cosas van a empezar a cambiar.

Falta de financiación

Lo más grave es que su construcción ha pendido de un hilo por la falta de financiación. Tanto es así que el Ayuntamiento de Zaragoza tuvo que firmar hace un mes un convenio con dos entidades bancarias por el que se comprometió a asumir los impagos que se puedan producir. Fue la única manera de dar comienzo a la construcción de un sueño urbanístico que acumula más de seis años de continuos retrasos.