Agitación masiva en el mercado financiero español tras la intervención de Cajasur por el Banco de España. Con el estímulo de que el Fondo de Reestructuración y Ordenación Bancaria (FROB) no quiere dilatar mucho la subasta de la caja cordobesa, sus pretendientes van colocándose para la puja final.

Al interés adelantado por este periódico de La Caixa y Caja Madrid, sin menoscabo de los avisos de Caja Granada o Cajasol, cuyo presidente visita hoy la Feria de Córdoba, se suma Ibercaja, la entidad aragonesa que está entre el ramillete de las más grandes, con 42.351 millones en activos y una red de 1.074 oficinas, curiosamente sólo 42 en Andalucía o dos de ellas en Extremadura. Entre tanto, el interés de Unicaja por la puja, tras el fracaso de la fusión, es cada día más patente, independientemente de la presión que el PSOE y la Junta estáN metiendo a la nueva vía abierta desde el pasado 21 de mayo con llamadas casi a la obligatoriedad de que sea la malagueña la que se lleve el gato al agua.

Fuentes muy solventes de Unicaja señalaron ayer a ABC que «seguimos abiertos a Cajasur porque hemos invertido mucho tiempo, recursos y esfuerzo; estamos interesados y estamos a la espera de los criterios que fije el FROB». Este entusiasmo no está despojado de resquemor ante lo sucedido. A través de un escrito interno dirigido por Recursos Humanos de Unicaja a sus empleados, la entidad culpa a Aspromonte y Cajasur de no poder cerrar el acuerdo verbal «debido a que Aspromonte se ausentó cuando se iba a formalizar el acuerdo con el argumento de que los representantes del a dirección cordobesa se habían marchado, y que por tanto no era factible la firma del documento, emplazando este acto a una fecha posterior». La entidad presidida por Braulio Medel admite ahora que tenía preparados sendos documentos con las bases y el contenido del acuerdo, cuando el mismo día de la intervención y en versiones ofrecidas justo después por los sindicatos se hablaba de un «acuerdo verbal». «Hemos puesto todo el empeño y dedicación por el buen fin del proceso», recoge la nota interna.

Fuentes de Unicaja no quisieron responder ayer a las declaraciones del presidente de Cajasur, Santiago Gómez Sierra, en las que atribuye a la desconfianza hacia Medel y al incumplimiento de lo recogido en el protocolo de fusión en materia laboral como dos causas cruciales en la ruptura.

Por su parte, Ibercaja, según fuentes financieras, también entrará en liza en las mismas coordenadas que las otras grandes cajas: el fraccionamiento de Cajasur, el negocio y sus divisiones troceadas, cuestión sobre la que recelan Unicaja y CC.OO.

Hace más de un año, como adelantó este periódico, y cuando comenzaba a oírse los primeros rumores sobre el interés de Caja Murcia, la entidad aragonesa presidida por Amado Franco también se interesó por la entidad fundada por el Cabildo Catedralicio.

La red comercial de Cajasur, el negocio ordinario (activos y pasivos; créditos o depósitos) parecen ser la perita en dulce de las miras financieras. Ayer mismo, los administradores de la caja trasladaron a los directores de las sucursales de la entidad cordobesa la necesidad de «trabajar duro para reforzar el negocio minorista» y así hacer más atractiva la caja para su fusión, por absorción, con otra entidad.

Margen bruto en alza
Pese a los 596 millones de euros en pérdidas consolidadas de 2009, el margen bruto de la matriz, esto es, la caja, creció en 36 millones de euros entre 2008 y 2009 (casi un 10% más), aunque finalmente el resultado de explotación arrojara pérdidas valoradas en 186 millones de euros, según la auditoría de Deloitte para el ejercicio último. Las 474 sucursales de Cajasur y los centenares de miles de ahorradores, depositarios y empresarios con que cuenta se convierten en la joya de la subasta, amén de algunas partes de las participadas (hasta 160 firmas conforman el holding) como los seguros o la agricultura -no tanto así la inversión inmobiliaria, que concentra el 46% de las participaciones