Cuestión de ruidos
Los vecinos de los barrios del sur de la capital aragonesa se enfrentan a diario a más de 85 decibelios de los aviones civiles y 105 decibelios de los militares. A ellos se unirán en breve los habitantes de las 2.500 viviendas que se entreguen en Arcosur. Todos y cada uno deberán soportar el ruido de los aviones que cada día circulan por su espacio aéreo con destino al aeropuerto de Zaragoza.
Las soluciones pasan por implantar los llamados “aterrizajes verdes”, un control informático de las trazas de los aviones o la instalación de un sistema para monitorizar el ruido, pero la Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea insiste en que no es viable económicamente a corto plazo y que hará mediciones durante este mes de octubre con un equipo portátil.
El Ayuntamiento de la capital se queja de ello y del retraso del Ministerio de Defensa, quien controla la instalación, que se comprometió a resolver el problema. También acusa a las compañías aéreas de cambiar sus recorridos para ahorrar combustible. Pero, ¿qué pasa con la responsabilidad de quienes planifican construir viviendas bajo un espacio aéreo ruidoso?
Mientras las diferentes instituciones que deberían poner fin a los problemas se culpan unas a otras o se retrasan, los afectados hablan de problemas de salud, ruido y contaminación química.
He aquí la cuestión: ¿Es un problema de planificación urbana o se debe a la ineficacia de las medidas que deben tratar de minimizar el impacto?
Fuente: http://www.aragondigital.es/noticia.asp?notid=99915&secid=18
Imagen por cortesía de Simon Lexton.