Reto bajo el diluvio
A las diez de la mañana se daba el pistoletazo de salida en la calle Pico Tempestades la segunda edición del Desafío Arcosur contra la Violencia de Género que organizó el Grupo Arqueros. Hasta entonces el viento soplaba con fuerza en el barrio zaragozano y las negras nubes que venían del sur no hacían otra cosa que amenazar. Pero no hizo más que empezar la carrera que disputaron medio millar de participantes y se desencadenó el temporal. Al principio cayeron una ligeras gotas, pero la lluvia fue en progresión conforme se desarrollaba la matinal deportiva.
Los primeros que disputaron los 5K apenas se mojaron, aunque sí tuvieron que soportar un ventarrón de cara. Alberto Sábado tuvo que sufrir para ganar a dos jóvenes como eran Woalid Zbiba y José Antonio Tello. El alcañizano tuvo que luchar con la nueva ola del atletismo aragonés en un circuito engañoso puesto que tenía una larga subida. Antolina Díaz no tuvo problemas para ganar a su compañera Alma Antoñanzas y Xandra Méndez.
Los 10K
Los primeros de la carrera de diez kilómetros sí que se mojaron en los tramos finales. Said Aitadi, que fue el mejor con 31.19, no tuvo problemas para vencer a su compatriota Mustaphá El Chaikoui y al soriano Diego Fernández. Por detrás luchaban por el primer puesto femenino Raquel Miró y Luisa Larraga, seguidas de la olímpica María José Poves. Al final repitió el triunfo del año pasado Miró. Luisa Larraga fue acompañada del doble campeón del mundo de maratón Abel Antón. Todos estos si que tuvieron que sufrir para llegar a meta. Pero el soriano se lo tomaba con filosofía. “La temperatura no era mala. La primera vuelta se ha corrido bien porque no había lluvia. Una vez que estás caliente, no afecta tanto. Era más problemático el viento que la lluvia”, explicaba Antón.
Pasaron muchos años desde que se retiró Antón de la gran competición. Pero a sus 53 años se sigue conservando como un chaval. “Cuando fui campeón del mundo de maratón en Sevilla pesaba 60 kilos. Ahora estoy en 68. Hago de 10 a 15 kilómetros cinco días a la semana. Me gusta correr, es lo mío y no puedo dejarlo”, decía Antón.
Larraga, que fue segunda, llegó de la mano de Antón. “A Luisa la conozco desde que era una niña”, decía Antón. Tercera llegó a meta Poves. Después la carrera era un reguero de valientes atletas populares que luchaban contra un temporal de viento y de agua. Recibían el apoyo a su esfuerzo de los escasos espectadores que siguieron la prueba y que se mojaron tanto como los corredores. Después la organización encabezada por Felipe Castañer supo salvar los muebles realizando un digna entrega de trofeos.
Fuente: El Periódico de Aragón